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MIKE OLDFIELD

Michael Gordon Oldfield nació en Reading (condado de Berkshire, Inglaterra) el 15 de mayo de 1953, siendo el pequeño de tres hermanos. Raymond, su padre, era médico y Maureen, la madre, enfermera. Como él, también sus hermanos desarrollaron importantes carreras musicales. Terry Oldfield es flautista y compositor de bandas sonoras, mientras que Sally Oldfield ha sido una destacada cantante pop en los años 70 y 80.

Mike mostró un asombroso talento musical desde pequeño. A los 12 años ya tocaba música folk en los pubs de Reading y a los 16 era uno de los guitarristas más destacados de la escena acústica londinense, siguiendo la estela de John Renbourn y Bert Jansch. Precisamente a esa edad formó el dúo The Sallyangie con su hermana Sally llegando a publicar un disco, llamado Children of the Sun (1968), y otros dos singles en los años 1969 y 1972, todos ellos editados por el sello Transanlantic.

The Sallyangie

Tras la experiencia de The Sallyangie Mike empezó a tocar el bajo y la guitarra eléctrica en un nuevo grupo formado por el exmiembro de Soft Machine Kevin Ayers. En el grupo, llamado The Whole World, Mike hizo importantes amistades que colaborarían con él en los años siguientes, como el pianista, compositor de vanguardia y director de orquesta David Bedford, el baterista William Murray o la cantante Britget St. John. Con el grupo de Kevin Ayers grabó dos discos: Shooting at the Moon (1970) y Whatevershebringswesing (1971). Tras una corta gira Ayers disolvió el grupo sin que quedara ningún resentimiento entre ellos por este hecho.

Kevin Ayers & The Whole World

En ese momento, Ayers y Oldfield compartían apartamento en Londres. Con remordimientos por haber disuelto la banda, Ayers regaló un magnetófono al joven Oldfield para que pudiera grabar las composiciones que hacía encerrado en su habitación. En ese momento Mike Oldfield seguía con gran interés la carrera de Terry Riley, un compositor de vanguardia que experimentaba con sintetizadores. Parece que A Rainbow in the Curved Air, así como la música de J. S. Bach, sirvieron de inspiración al joven Oldfield para la concepción de los primeros compases de Tubular Bells.

Hemos explicado brevemente el período biográfico comprendido entre 1971 y 1973 en la página Tubular Bells.

Tras la grabación de Tubular Bells Mike Oldfield, con sólo veinte años, se retiró a la montaña. Cansado por la génesis de su primera gran obra quería descansar, hacer volar aviones a escala e ir a tocar (y beber)  los pubs de Kington. Se hizo habitual en el antiguo hotel Penrhos Court, donde conoció a algunos músicos locales, entre los que destacaba el flautista Leslie Penning, especialista en música medieval. 

A pesar de que Mike Oldfield necesitaba un descanso tras la publicación de su primer álbum, las necesidades de Virgin Records eran otras. Richard Branson visitó a Oldfield en The Beacon y, regalándole un órgano Farfisa, le presionó para que hiciera un nuevo disco. Así surgió Hergest Ridge (1974), inspirado en el ambiente rural de Herefordshire y concretamente en la montaña homónima que surgía frente a su casa, haciendo frontera entre Inglaterra y Gales.

Hergest Ridge desde The Beacon.JPG

Mike Oldfield nunca se sintió del todo satisfecho con ese segundo disco. Se aburría grabándolo en The Manor con Tom Newman y se desesperaba porque las ideas que surgían no le acababan de gustar. De hecho, es uno de los discos que menos ha tocado en directo y que más ha tratado de "arreglar" mezclándolo una y otra vez.

Por otro lado, el contraste estético entre Hergest Ridge y Tubular Bells es enorme. Oldfield dijo en su momento que "...si Tubular Bells era el sonido de la ciudad, Hergest Ridge era el de la montaña".

La recepción del disco fue irregular. Todo el mundo quería una segunda gran obra maestra y Hergest Ridge decepcionó a algunos críticos musicales. Pero tuvo una buena acogida de público llegando a la primera posición en ventas en el Reino Unido, desplazando a Tubular Bells a la segunda. A pesar de toto hoy en día es sin duda una de sus obras canónicas, muy querida por sus seguidores.

El año siguiente Mike Oldfield se puso a trabajar duro en su tercer disco. Contrariado por las malas críticas de Hergest Ridge, pidió a Richard Branson que llevara un estudio de grabación completo a su casa para disponer de él a sus anchas. Dicho y hecho, instaló el estudio en un dormitorio de The Beacon. A principios de año su madre había muerto, y Mike pensó en un disco de sonoridad "celta" como homenaje a los orígenes irlandeses de su madre, nacida en Dublín.

Mike Oldfield se rodeó de músicos muy diversos y llenó su tercer disco de instrumentos sorprendentes provenientes de tradiciones musicales tan distintas como el rock, la música clásica, el folclore griego, la música celta irlandesa o la percusión africana. A petición de nuestro músico, la cantante irlandesa Clodagh Simonds escribió algunos versos en gaélico donde aparecía la palabra Amadán (loco, estúpido). Esta palabra gustó tanto a Oldfield que la adaptó como título del disco, que finalmente se llamaría Ommadawn (1975). Mike Oldfield ha manifestado que trabajó tanto en Ommadawn como en Tubular Bells, y que de hecho es uno de los discos con los que se siente más satisfecho. Algunas encuestas revelan que para la mayoría de sus seguidores es el mejor disco de su carrera junto a su ópera prima.

Mike Oldfield y Les Penning en The Bacon

El éxito de crítica y ventas de Ommadawn fue instantáneo y proporcionó a Mike Oldfield una incontestable reputación de joven genio de la música. Todo ello le valió un período de tranquilidad que aprovechó para trasladarse. Aquel año había estado buscando una casa grande donde construir su propio estudio, y la encontró en un pueblecito llamado Bisley, en el condado de Gloucestershire. La mansión, del siglo XVI, se llama Througham Slad, y en el pajar instaló un estudio de grabación de primer nivel.

En 1976 se publicó el recopilatorio Boxed, con mezclas nuevas de los tres primeros discos y un álbum de colaboraciones con sus amigos David Bedford y Leslie Penning. También ese año y el siguiente trabajó en la grabación y producción, en su propio estudio, de álbumes de otros artistas como Pierre Moerlen o Pekka Pohjola.

Oldfield tampoco dejaba de producir material nuevo. Cada año publicaba algunos singles con arreglos de músicas diversas, sobre todo de canciones tradicionales, pero corría el año 1978, habían pasado tres desde Ommadawn, y sus seguidores pedían un álbum nuevo.

Lo que sus fans no sabían era que Mike Oldfield estaba profundamente deprimido. Fumador y bebedor compulsivo, arrastraba secuelas del consumo de LSD de su etapa londinense y por lo general presentaba un cuadro psicológico preocupante. Aunque había empezado a trabajar en un nuevo disco con Tom Newman, no acababa de estar satisfecho con los resultados. Fue entonces cuando decidió someterse a diferentes tratamientos, siendo especialmente relevante una especie de terapia de choque llamada Exégesis, que a grandes rasgos consistía en una simulación grupal de renacimiento. Parece que esta terapia funcionó, al menos inicialmente, y Oldfield cambió de la noche a la mañana: se cortó el pelo y se afeitó, ofreciendo una imagen muy estudiada. Concedía entrevistas, se mostraba risueño y divertido... ¡e incluso apareció desnudo en la portada de una revista! nada que ver con aquel joven introvertido que vivía aislado en el campo rodeado de instrumentos y animales.

Richard Branson estaba encantado. En pocos meses Mike Oldfield había anunciado la publicación de su cuarto álbum, esta vez doble, y el inicio de una gira europea de promoción del disco. Para la realización del álbum, que se llamaría Incantations (1978) Oldfield desestimó horas de pruebas en el estudio y buscó una sonoridad del todo diferente a la de los discos anteriores, con la participación de una pequeña orquesta y una estética minimalista que le aproximaba a la música de Philip Glass o Michael Nyman.

Mike Oldfield en la época de Incantations

Incantations cierra, a nuestro juicio, la primera etapa creativa del compositor de Reading. Es por ello que detenemos aquí esta breve reseña biográfica. Actualmente Mike Oldfield tiene 70 años y vive en las islas Bahamas con algunos de sus hijos y nietos. Si bien aseguró que trabajaba en la cuarta entrega de Tubular Bells, en la edición del cincuentenario sólo añadió 8 minutos de música nueva. En los últimos catorce años sólo ha publicado dos discos, y el último es de 2017. Desde entonces no ha trascendido nada de su vida, ocultándose en el misterio como ha hecho en otras ocasiones. 

Si desean saber más, les animamos a ver el documental The Mike Oldfield Story de la BBC y a leer Changeling: The Autobiography of Mike Oldfield  así como Tubular Gold para completar su historia.

Texto de Xavier Alern

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